domingo, 3 de diciembre de 2017

"BIENAVENTURADOS LOS POBRES EN ESPÍRITU."

“BIENAVENTURADOS LOS POBRES EN ESPÍRITU,
 PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS.” MAT 5:3. 

     «BILLY» GRAHAM, JR., nacido el 7.11.1918, es un evangelista estadounidense de prestigio mundial. Aparte de un sin número de  campañas evangelísticas, dentro y fuera de Estados Unidos, ha escrito numerosos libros, tales como: “PAZ CON DIOS”, “EL ESPIRITU SANTO”, “EL SECRETO DE LA FELICIDAD”, etc., etc. En este libro de 187 páginas, explica una por una las 8 Bienaventuranzas que Jesús enseñó en El Sermón del Monte, según Mateo 5:3-11.

BILLY GRAHAM DEDICÓ UN LIBRO ENTERO A LAS BIENAVENTURANZAS DE JESÚS.


                                  

Desde el 25 de abril de 2010, cuando se reunió con Barack Obama, Graham puede decir que ha pasado parte de su tiempo libre con doce presidentes de Estados Unidos.


     “EL SECRETO DE LA FELICIDAD”, de Billy Graham, tiene como subtítulo “Las Enseñanzas de Jesús sobre la Felicidad proclamada en las Bienaventuranzas.” En el prefacio, dice: Cristo nos dio en ellas una fórmula para alcanzar la felicidad personal aplicable a todos, sin distingos raciales, geográficos o circunstanciales.” Agrega: “Jesús a toda costa quería recalcar una verdad: ¡la felicidad en esta vida… y la venidera!”  Antes de terminar el prefacio expresa: “Si por felicidad entendemos Serenidad, Confianza, Satisfacción, Paz, Gozo y Bienaventuranza Espiritual, entonces Jesús fue inmensamente feliz.”

     Además del extenso estudio de Billy Graham sobre las Bienaventuranzas de Jesús, he encontrado en Internet, en el sitio:
un compendio que nos permite comprender en pocas líneas el significado espiritual de la expresión

 “POBRES EN ESPÍRITU.”

     En realidad, como veremos en esta entrada, ser pobres en espíritu es algo maravillosamente positivo e increíblemente beneficioso para nuestra vida cristiana.
     El “espíritu” al cual se refiere aquí el Señor es nuestro espíritu humano, nuestra parte más profunda. Dios nos creó con un cuerpo para tener contacto con el mundo físico, un alma para tener contacto con el mundo psicológico y un espíritu para tener contacto con Dios, quien es el Espíritu, y para recibirlo.
     “Ser pobre en espíritu significa no solamente ser humilde, sino también desprendido en el espíritu, en lo profundo del ser, sin aferrarse a las cosas viejas de la vieja dispensación, sino descargándose de todo eso para recibir las cosas nuevas, las cosas del reino de los cielos”.
     Esta nota nos ayuda a ver que ser pobres en espíritu significa desprendernos y descargarnos en nuestro espíritu. Significa no aferrarnos a las cosas viejas, sino descargarnos para recibir las cosas nuevas.
     Es necesario que nos descarguemos, desprendamos, seamos “pobres” en espíritu a fin de que podamos recibir algo nuevo del Señor todo el tiempo.

SER POBRES ES ESTAR DESESPERADOS POR OBTENER MÁS.

     Ser pobres en espíritu también significa no estar satisfechos con nuestra condición. No debemos pensar que “ya lo logramos, ya obtuvimos todo lo que necesitábamos obtener del Señor”. Como vimos en los versículos anteriores, incluso el apóstol Pablo, quien conocía al Señor en gran medida, no consideró que él mismo ya lo habia asido. Pablo siempre fue en pos de Cristo, añorando saber más de Él.
     Vemos lo contrario de esto en la iglesia en Laodicea. En Apocalipsis 3:14-22 el Señor Jesús los reprende:
     “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (v. 17).
     Los laodiceos pensaban que eran ricos espiritualmente y no tenían necesidad de nada. Sin embargo, ante los ojos del Señor su condición era lamentable. Debido a que pensaban que lo tenían todo, dejaron de acudir al Señor. Dejaron de buscarlo y estaban satisfechos con lo que tenían y como resultado, se volvieron tibios. Puede ser que no hayan sido pecaminosos, pero el Señor no estaba contento. Es por eso que les dijo: “sé, pues, celoso, y arrepiéntete” (v. 19).
     ¡Qué seamos guardados de ser tibios! En lugar de esto, sigamos el modelo del apóstol Pablo, quien nunca estuvo satisfecho y buscó cada día obtener nuevas experiencias de Cristo en su espíritu. Podemos orar: “Señor guárdame de llegar a ser tibio. Dame un espíritu que busque ir en pos de Ti cada día. ¡No permitas que esté conforme con lo que tengo!”

     SER POBRES ES ESTAR HAMBRIENTOS ESPIRITUALMENTE

     Por ejemplo, cuando venimos a la Palabra de Dios con el pensamiento de que ya sabemos lo que dice, ¿de qué manera el Señor puede hablarnos algo fresco de Su Palabra? Lo más probable es que conocemos las letras en blanco y negro de la Palabra, pero ¿qué es lo qué el Señor nos habla en esta Palabra? No escuchamos, vemos o percibimos, de modo que debemos orar: “Señor Jesús, sálvame; no permitas que mi corazón se engrose. No permitas que piense que ya lo sé todo,  y pierda Tu presencia. ¡Dame hambre por Tu Palabra y por Tu hablar fresco!

     SER POBRES ES SER COMO UN NIÑO PEQUEÑO

    Ser pobres en espíritu es también ser como un niño pequeño. Los niños pequeños son sencillos y no pueden hacer nada por sí solos. Cuando somos pobres en espíritu, reconocemos que no tenemos nada, no sabemos nada y no podemos hacer nada. Cuando venimos al Señor Jesús y a Su Palabra, no venimos con nuestro intelecto brillante, nuestra espiritualidad elevada o habilidad excelente. En lugar de eso, venimos abiertos a Él, reconociendo que lo necesitamos y listos para recibir Su hablar y suministro.
     Si acudimos a la Palabra como “niños” reconociendo que en nosotros mismos no somos nada, el Padre nos bendecirá y revelará cosas en Su Palabra. Podemos orar: “Padre, hazme el tipo de persona al cual deseas revelarle cosas en Tu Palabra. Nunca permitas que me considere “sabio y entendido”. Señor, muéstrame mi verdadera condición para que pueda venir a Tu Palabra pobre en espíritu”.

     PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS

     Este reino de los cielos se menciona como una recompensa para aquellos quienes son pobres en espíritu. ¿Qué significa esto? ¿Acaso está refiriéndose al futuro? Si somos pobres en espíritu, ¿tenemos que esperar toda nuestra vida para disfrutar la recompensa?
     El reino de los cielos no es algo que tengamos que disfrutar algún día. Más bien, ¡esta bendición es para que la disfrutemos hoy! Este versículo no dice: “Porque de ellos será el reino de los cielos”. sino que dice: “Porque de ellos es el reino de los cielos”. Al acudir al Señor Jesús y a Su Palabra pobres en espíritu, seremos bienaventurados, ¡pues podremos participar hoy del reino de los cielos!
     Una manera maravillosa de responder a un versículo como Mateo 5:3 es orar las palabras de este versículo al Señor y pedirle que lleve a cabo esta palabra en nosotros. Si le pedimos al Señor que nos haga pobres en espíritu de forma genuina, ¡ciertamente llevar a cabo esto en nosotros será un placer para Él!








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